Aunque la higiene y la desinfección era ya un tema prioritario en instalaciones de restauración colectiva, tras la pandemia se hace necesario un refuerzo para evitar contagios y ofrecer máxima seguridad y garantía a clientes y usuarios. Más allá del habitual uso de virucidas como la propia lejía, las firmas comerciales están ofreciendo actualmente otros sistemas de higienización como el ozono, la luz ultravioleta o sistemas de filtración de aire… pero, ¿son realmente eficaces y/o necesarios?
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