Según EFSA (la autoridad europea de seguridad alimentaria), actualmente, no hay evidencia de que los alimentos sean una fuente o vía de transmisión del virus. Aunque aún falta por conocer más características sobre este virus, experiencias con otros coronavirus relacionados mostraron que la transmisión a través del consumo de alimentos no ocurre. Lo que nos hace suponer que con el COVID-19 tampoco.
Pese a que es probable que algún animal de un mercado de comida en China fuera la fuente de la infección inicial, ahora el virus se propaga de persona a persona a través de la respiración, los estornudos, la tos o las exhalaciones. Los científicos de todo el mundo están monitoreando la propagación del virus y, por el momento, no existen evidencias de transmisión a través de alimentos.
No hay recomendaciones de precaución adicionales con los alimentos a las ya establecidas antes de la propagación del virus. Si bien, se recalca la necesidad de lavarse las manos con mayor frecuencia.
La organización mundial de la salud (OMS) recomienda una serie de precauciones que incluyen las buenas prácticas de higiene durante la manipulación y preparación de alimentos, como lavarse frecuentemente las manos, cocinar suficientemente la carne y el pescado, y evitar la contaminación cruzada entre alimentos cocinados y crudos.
Estas medidas son de vital importancia ya que, aunque el consumo de alimentos no sea en sí un transmisor del virus, sí los utensilios de cocina o las superficies (especialmente las superficies plásticas) según algunos estudios del COVID-19.
El papel de la autoridad europea en seguridad alimentaria frente al COVID-19.
La EFSA, cuya sede está en Parma, en el norte de Italia, una de las zonas actualmente más castigadas por el virus, está monitoreando la situación, aunque no está involucrada en la respuesta a los brotes del COVID-19, dado que no hay evidencia de la transmisión del virus a través de alimentos. Su función es ofrecer asesoramiento científico independiente sobre los riesgos relacionados con los alimentos en su generalidad.
¿Cómo cuidar nuestra alimentación durante el confinamiento en casa?
La alimentación en sí misma no previene ni cura la posible infección por el virus. Nuestras pautas de alimentación deben ser saludables igual que siempre, si bien tener en cuenta que debido a la menor actividad física, nuestras necesidades calóricas son menores. Evitar engordar va a ser más difícil estos días y requiere un esfuerzo mayor.
Se recomienda mantener los hábitos saludables, como hacíamos antes: hábitos de higiene, mantener unas horas de comidas establecidas, evitar el picoteo, beber líquido, evitar dulces y grasas. Ejercicio físico en la medida de lo posible dentro de casa e hidratarnos adecuadamente.
Lo que sí es cierto, es que hay alimentos que de no incluirse en suficiente cantidad pueden debilitar el sistema inmune, por lo que es muy recomendable que el consumo de frutas y verduras suponga una parte importante de nuestra dieta.
Beber mucho líquido y dieta blanda suele ser recomendable para las personas que enfermen. Eso sí, siempre bajo la tutela de nuestro médico y siguiendo todas sus recomendaciones.
Planificación de menús y de la compra.
Planifica tus menús semanales y realiza la compra acorde a esta planificación. Las autoridades garantizan el suministro de alimentos básicos, por lo que no es necesario hacer compras exageradas; compremos de forma coherente y evitemos desperdicios innecesarios de comida. La compra on line en los distintos supermercados es una buena opción para no tener que salir de casa.
La dieta mediterránea es un importante referente: con 5 piezas de frutas y verduras diarias, complementado con el consumo semanal de legumbres, arroz y pasta, así como pescado, huevo y carne (carne roja no más de 1 día a la semana), lácteos, aceite de oliva y frutos secos.
Si necesitas asesoramiento y planificación sobre nutrición no dudes en consultar con profesionales. Ahora más que nunca evitemos riesgos y cuidémonos.