La industria alimentaria ha demostrado su gran capacidad de respuesta en situaciones tan extraordinarias como la pandemia del COVID, o incluso la gran nevada acaecida este año, que paralizó por unos días el movimiento en parte de la geografía española.

Los productores primarios, fabricantes, almacenistas, minoristas,…, toda la logística alimentaria, a pesar de las dificultades, ha demostrado su resiliencia, encontrando estrategias que resuelvan las nuevas situaciones a las que se enfrenta.

Si bien es cierto que la industria agroalimentaria ha sabido adaptarse a corto plazo, la realidad es que se le plantean nuevos retos, a medio y largo plazo, que requerirán una gran implicación de las empresas para alcanzar con éxito los objetivos.

Resumimos a continuación 5 de estos retos:

Cumplimiento de una normativa cada vez más exigente:

Su objetivo es que las empresas alimentarias conozcan los peligros asociados a su actividad y tomen las medidas necesarias para que los alimentos que lleguen al consumidor sean inocuos y aptos para el consumo.

Este reto no es nuevo, las industrias deben adaptarse continuamente a las nuevas normativas, menos permisivas,  a un mayor control de las autoridades, así como a crecientes sanciones por incumplimientos. Todo ello en pos de alcanzar los altos estándares de calidad y seguridad alimentaria requeridos, y que hacen que la industria agroalimentaria nacional y europea, sean referentes mundiales.

Por tanto, es de vital importancia, la responsabilidad y compromiso de la directiva de la empresa, en el cumplimiento de la normativa.

Estar al tanto de la legislación vigente, nacional y europea, guías y recomendaciones internacionales como la del CODEX alimentarius. Además, saber aplicarlas, lo que a veces no es fácil y conlleva muchos dolores de cabeza.

Implantación eficiente de sistemas de gestión de calidad, higiene y seguridad alimentaria:

La industria es responsable de Implantar un sistema de gestión de seguridad alimentaria, a través de un Plan de APPCC, para prevenir peligros alimentarios.

La gestión, puede incluir además, otros estándares voluntarios, como las certificaciones de seguridad alimentaria, reconocidas internacionalmente,  como la ISO 22000, IFS (International Food Standard), BRC (British Retail Consortium), GLOBAL GAP. Estas certificaciones están en auge,  como elemento diferenciador de la empresa ante la competencia.

Su implantación requiere cierta complejidad, dado que consideran todas las etapas, desde la recepción de la materia prima, hasta el producto final, que llega al consumidor.

Implica por tanto la gestión de:

  • Compras de materia primas seguras, inocuas y de calidad
  • Almacenamiento correcto
  • Manipulación según buenas prácticas
  • Técnicas de conservación adecuadas
  • Garantizar condiciones Higiénico sanitarias y de desinfección adecuadas
  • Análisis microbiológicos para verificar el resultado
  • Control de contaminantes (físicos, químicos y biológicos). En los últimos años han aumentado las intoxicaciones por Listeria
  • Mantenimiento de instalaciones, equipos e instrumentos
  • Información en el etiquetado a nivel de ingredientes y alérgenos, así como nutricionales
  • Trazabilidad para un seguimiento adecuado de los productos en la cadena alimentaria que ante una alerta sanitaria permita identificarlos
  • Formación adecuada del personal en todos los niveles de la organización.

Disponer de consultores externos para la implantación y control de estos sistemas de gestión, supone una importante ayuda para las empresas.

Disminución del impacto ambiental de la industria alimentaria:

El impacto ambiental de la producción y transformación alimentaria es un hecho indudable: el consumo de recursos naturales y la producción de residuos, contribuyen a la contaminación del medio ambiente, al cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

La industria agroalimentaria se enfrenta al reto de una gestión más eficiente de los recursos que utiliza, en el marco de una economía circular, reduciendo y reutilizando recursos y residuos.

Cumplimiento de las expectativas de un consumidor cada vez más exigente.

Un consumidor concienciado con el cuidado del medio ambiente, el bienestar animal y cada vez más preocupado por los hábitos nutricionales saludables.

Toma especial importancia, la Información adecuada al consumidor a través del etiquetado: ingredientes, alérgenos e información nutricional. La obesidad infantil, enfermedades cardiovasculares, diabetes, algunos tipos de cáncer, etc., están relacionados con la alimentación.

La industria alimentaria tiene una papel importante, investigando y divulgando el conocimiento, para prevenir y mejorar la salud de los consumidores, y ofreciendo alimentos seguros y saludables.

 

Digitalización de los procesos.

Automatización inteligente de la producción, para que los procesos sean más eficientes, más precisos y mejor controlados.

La industria 4.0, es una nueva revolución industrial, las empresas del sector, trabajan para ponerse a la altura y no quedarse atrás (cámaras de control térmico, sensores inteligentes, …)

 

 

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